La Fundición La Cruz y sus minas en Linares representan un importante hito histórico en la industria minera y metalúrgica de España. Situada a 5 kilómetros al norte de la ciudad de Linares, en la provincia de Jaén, esta fundición ha desempeñado un papel crucial en el procesamiento de minerales durante más de dos siglos.

La historia de la Fundición La Cruz se remonta a principios del siglo XIX, específicamente al año 1830, cuando fue construida por Gaspar de Remisa, un destacado financiero catalán. En sus inicios, la fundición se dedicaba al tratamiento de minerales cupríferos, aprovechando las abundantes reservas de este metal en la región. Sin embargo, con el tiempo, la actividad minera en la zona evolucionó y la fundición adaptó sus procesos para incluir el tratamiento de minerales de plomo, lo que contribuyó aún más a su importancia económica y social en la región.

La ubicación estratégica de la Fundición La Cruz, en las cercanías de los pozos Cadenas y La Unión, facilitó el acceso a las materias primas necesarias para su funcionamiento. Además, la presencia de una colonia de trabajadores, ingenieros y capataces cerca de la fundición proporcionó la mano de obra necesaria para sostener sus operaciones.

A lo largo de su historia, la Fundición La Cruz ha sido testigo de importantes cambios tecnológicos y económicos en la industria minera y metalúrgica. Su capacidad para adaptarse a estas transformaciones y seguir siendo relevante en un sector tan dinámico es un testimonio de su importancia y resiliencia.

Hoy en día, la Fundición La Cruz y sus minas representan un importante patrimonio industrial en la provincia de Jaén, atrayendo a visitantes interesados en conocer más sobre la historia y la tecnología detrás de esta emblemática instalación. Su legado perdura como un recordatorio del pasado industrial de la región y su impacto en el desarrollo económico y social de Linares y sus alrededores.